domingo, 1 de junio de 2008

¿Por qué fingen las mujeres?

Imagen tomada de Google

“Me case a los 20 años por un embarazo no programado. Viví 25 años de mi vida sin saber lo que era un verdadero orgasmo. Tener relaciones para mí era una acción mecánica que duraba unos cuantos minutos. Y me divorcie. Ahora tengo 67 años y tengo una vida sexual plena aprendí a conocerme. Nunca más en mi vida volveré a fingir simplemente para que mi pareja no sienta ineptitud −sexualmente hablando −”, cuenta Yolanda Rodríguez Mejía. Ella admite que fingió durante tanto tiempo por sumisión. Recuerda que cuando era niña su madre siempre le hablaba del sexo como algo feo, doloroso y muy traumante.

Este pudo ser el origen de su insatisfacción sexual. “Hay que admitir que hombres como mujeres se desarrollan dentro de una gran ignorancia sexual, donde los culpables son los propios padres. Existe una conspiración de silencio frente a la sexualidad”, dice el psicólogo Lázaro Mena.

En el pasado si una mujer admitía que disfrutaba de una relación sexual se la cuestionaba y excluía de ciertos círculos sociales. Hoy esto ha cambiado. Existen espacios públicos de televisión donde las mujeres dan testimonios de su insatisfacción y los sexólogos invitados dan consejos a las mismas para mejorar su vida sexual.

“En la actualidad se conocen estos datos: una de cada dos mujeres asegura, aún con temor, sufrir de trastornos sexuales como falta de deseo o imposibilidad para alcanzar un orgasmo”, dice el ginecólogo Sebastián Chávez.

Según los sicólogos y ginecólogos consultados para alcanzar el placer sexual en una relación las mujeres deben explorar y descubrir su cuerpo para encontrar sus zonas erógenas.

El caso de María Villagomez, estudiante de 21 años. Ella cuenta que su primera relación sexual fue a los catorce años. Reconoce que a esa edad no sabía nada al respecto. Tuvo varios novios con ninguno de ellos llegó a tener un orgasmo. Hasta hace poco con su actual pareja, un hombre que le duplica su edad, dice que pudo lograrlo después de tanto intentarlo con sus parejas pasadas y porque logró conocerse a fondo, descubrir su cuerpo y obviamente con la ayuda de un hombre tan experimentado como su novio que se conocía y se tomó el trabajo de conocerla lo lograron, dice sentirse muy feliz y complacida.

“Como mi caso hay un buen número de mujeres que dicen que el hombre no siempre sabe encontrarles 'el puntito' y ayudarlas a terminar con más facilidad. Sin querer responsabilizar al hombre por los orgasmos fingidos, lo que puedo decir es que es poco aconsejable, más que nada porque el placer se convierte en algo unilateral y, ¿para qué? Una mujer que finge un orgasmo se pierde la oportunidad de experimentarlo. Yo por mi parte lo fingía por ignorancia pero con el paso del tiempo me di cuenta que no debía hacerlo que también tengo derecho a sentir placer”, dice María.

“La frigidez y la falta de deseo o libido no son iguales. La primera no siempre es un trastorno negativo y muy preocupante y la segunda es la imposibilidad de la mujer para llegar a un orgasmo causada por varios factores como por la falta de estimulación de parte de la pareja. Las principales causas psico-comportamentales son las siguientes: Una educación, durante la infancia, particularmente desvalorizante en lo que concierne la sexualidad, con fuertes prohibiciones (prohibición de la desnudez, las caricias paternales, la masturbación y del placer en general). La desvalorización de su propia persona. La culpabilidad ligada a las caricias incestuosas o pedófilas durante la infancia y más generalmente, todas las violencias sexuales cual sea la edad. El primer acto sexual particularmente doloroso o psicológicamente traumatizante. Actos regularmente dolorosos o insatisfactorios (particularmente si la pareja sufre de una eyaculación precoz o si no sabe como acariciar). Falta de interés por la pareja o cierto aburrimiento de la pareja. A veces no se encuentran causas para explicar este problema”, dice el ginecólogo.

Según el psicólogo Mena las mujeres fingen muchas veces por el factor psicológico de no sentirse subvalorada subestimada por su pareja y muchas veces siente que simplemente ella tiene la culpa y debe aguantarse.

Popularmente se dice que "El precio del sexo para el hombre es el matrimonio y el precio del matrimonio para la mujer es el sexo". De acuerdo con la organización mundial de la salud la ciencia le ha dedicado casi 40 veces mas esfuerzo a entender la sexualidad masculina que la femenina. Además hasta este siglo algunos sectores religiosos consideran que le placer sexual es pecaminoso y en el caso de la mujer es intolerable.

Damaris Sabina cuenta que se casó, muy joven, a los 18 años con su primer novio. Cuenta que era un pésimo amante pero que en otros aspectos la hacía muy feliz. Era un buen esposo y padre. Tienen un hijo de 12 años. Vivió con el hasta hace un año. Al principio de su relación aceptó esto de manera muy tranquila fingía mucho y no me importaba hacerlo estaba totalmente enamorada, pero él lo sospechaba siempre terminábamos de tener relaciones y me preguntaba: ¿estuvo bien?, ¿Te gusto?, ¿Falto algo?, ¿Terminaste? O cosas por el estilo y me sentía muy incomoda. Llegó un día que no aguanto más, después de años de matrimonio e insatisfacción se lo dijo de manera muy sutil, pero él se sintió mal y trato de mejorar sin que ella se de cuenta que daba todo su esfuerzo. Damaris no lo soportaba y después de unos meses le volvió a decir de forma más enérgica lo insatisfecha que estaba sexualmente. Pasaron varios meses y su esposo ya no tenía sexo con ella casi nunca. “Sentía como que tenía miedo de estar conmigo íntimamente. Nos divorciamos por esa razón el me dijo que sentía mucha presión de mi parte. Al final nunca pudo complacerme”.

“No tengo pareja actualmente pero para mi es muy importante tener placer sexual es un complemento y si me vuelvo a casar porque todavía estoy joven, tengo 36 años, será con alguien que me complazca”. “No siento que sea mi problema no creo que soy frígida ni tengo falta de deseo o libido simplemente mi ex marido era un pésimo amante y por lo tanto me sentía miserable en ese aspecto” replica Damaris.

"Existe en nuestra sociedad un afán productivista en relación con el sexo, y parece que hay que producir mucho placer y muchos orgasmos", por lo que cada vez es mayor la incidencia "del hombre al que le duele la cabeza". Es decir, cada vez más hombres prefieren no practicar el sexo por miedo a no estar a la altura. Y es que las féminas cada vez son más exigentes en la cama, terreno tradicionalmente dominado por el género masculino”. Dice Mena

Yazmina Granizo de 43 años, la “concepción del orgasmo” que tienen la mayoría de mujeres es errónea. “Nos hacen creer que es al estilo película, donde gritan y lloran. El sexo es muy importante, se puede llegar a tener placer hasta después de los 40”.

Según el psicólogo clínico Andre Aguilar se pone muchas veces de pretexto la menopausia pero desde el punto de vista físico fabrican menos testosterona y esto puede ocasionar falta de deseo y si se toma el elemento psicológico existen mujeres que al envejecer, alcanzan madurez sexual y saben lo que desean teniendo la ventaja de no preocuparse de quedar embarazaba y pueden disfrutar más abiertamente. Ahora existe “el viagra femenino” se trata de un parche que libera 300 microgramos de testosterona en 24 horas. Es recetado solo en mujeres que han perdido el deseo sexual por la extirpación del útero u ovarios y cuyos niveles de testosterona son muy bajos. Este se expende libremente por Internet su nombre es Intrinca.

Fingir algo que no se siente tiene consecuencias directas en las relaciones sexuales. Implica, en primera instancia, una auto-impuesta privación del placer ¿Cuántas veces hemos enaltecido el papel de la comunicación en las relaciones? Y en esta ocasión, en que nuestro placer sexual está en juego, no vamos a decir lo contrario. La satisfacción sexual es fuente de bienestar físico y emocional para el ser humano. Y tú, ¿has fingido algún orgasmo?, ¿Vale la pena mentir?, ¿Para qué?.

Escrito por: Gabriela Yépez.

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